Uno de los más conocidos personajes de Portugalete es, sin ninguna duda, Lope García de Salazar, noble vizcaíno que participó en prácticamente todas las guerras banderizas de los siglos XIV y XV y autor, entre otras obras, de Bienandanzas e fortunas. En esta publicación hace un recorrido por la historia del mundo, desde el principio de los tiempos hasta mediados del siglo XV, poniendo especial atención en los hechos que le tocó vivir, por lo que es considerado el primer historiador de Bizkaia.
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Lope García de Salazar, historiador y guerrero |
Primeros años de una leyenda
Lope García de Salazar nació en 1399 en el vizcaíno valle de Somorrostro, en la antigua casa torre que él mismo mandó sustituir por el actual castillo de Muñatones. Era descendiente de otro Lope García de Salazar, temible guerrero del que se decía fue padre de 120 hijos, y quien murió en la conquista de Algeciras en 1344 al servicio de Alfonso XI. La historia de la familia Salazar está ligada a la zona de las Encartaciones, lugar de paso en aquellos años para la lana que desde Castilla se exportaba desde los puertos de Bermeo, Bilbao y Portugalete, donde a su vez que recibían las mercancías procedentes de Flandes.
El Lope García de Salazar que ahora nos ocupa vivió una época convulsa dominada por las llamadas guerras banderizas, que mantuvieron enfrentados a Oñacinos y Gamboinos durante los siglos XIV y XV. Él mismo peleó en todas ellas desde que tomara las armas a los 16 años, perteneciendo al primero de los bandos. Las guerras banderizas supusieron grandes enfrentamientos entre la nobleza de lo que ahora sería en País Vasco y parte de Cantabria.
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Actual castillo de Muñatones |
En
1429 se casó con Juana de Butrón y Múgica, hija del señor de Butrón y perteneciente
también al bando de los Oñacinos. De este enlace nacieron sus nueve hijos
legítimos, si bien tuvo muchos más con otras mujeres. Lope García de
Salazar supo sacar partido de tan extensa familia; unos pasaron a engrosar las filas de su ejército y
a defender su castillo, otros fomentaron beneficiosos negocios que contribuyeron
a incrementar su poder, y algunos, por desgracia, protagonizaron enfrentamientos,
entre sí y contra su propio padre.
Patrimonio cultural Portugalete: Lope García
Llegada a lo más alto y comienzo de las desgracias
La importancia de Lope García de Salazar está ligada a su relación con el rey de Castilla Enrique IV (hermano de Isabel la Católica), quien en 1451 le otorgó el derecho a fundar Mayorazgo, sistema por el que todos los bienes y títulos de un noble pasaban a pertenecer a un único heredero, generalmente al hijo mayor, de manera que el patrimonio nunca pudiera dividirse, solo incrementarse. Pero Salazar no delegó en favor de su primogénito, Juan “el moro”, si no que nombró su heredero a Lope de Salazar, segundo de sus hijos por orden de nacimiento.
Además de conseguir Mayorazgo, Enrique IV le concedió la Prebostad de la Villa dePortugalete, por lo que Salazar pasó a administrar económica y jurídicamente estos dominios, convirtiéndose en el hombre más importante de Bizkaia en aquellos años. Al mismo tiempo que todo esto sucedía continuaron los enfrentamientos de la nobleza en las guerras banderizas, para acabar con ellas Enrique IV envió a estos a luchar contra los musulmanes. Lope García Salazar fue destinado a Gibraltar, pero contrajo una grave enfermedad y pensando que iba a morir regresó a sus dominios vizcaínos, finalmente Salazar consiguió curar su enfermedad, pero no las desgracias que sobrevendrían a su familia.
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Lope García de Salazar fue llamado a luchar en Gibraltar |
Las guerras banderizas no terminaron, y a pesar de que Lope García aconsejó a sus hijos que no continuaran en ellas, estos desobedecieron a su padre participando en la terrible batalla de Elorrio (1468), en la que perdieron la vida unos tres mil caballeros, entre ellos tres de sus hijos legítimos. Otro de sus descendientes, Lope Salazar, su heredero, también había fallecido luchado con Enrique IV, pero Lope García de Sazalar en lugar de nombrar como nuevo beneficiario de la fortuna familiar a su primogénito, designó como su sucesor al hijo de Lope, su nieto. Este hecho volvió contra él a su esposa y a Juan, que era primero en orden de nacimiento y eterno candidato a heredar el patrimonio del linaje.
El infortunio continúo, en 1469 murió Juana de Butrón dejando su parte de Mayorazgo al primogénito del matrimonio, Juan. Este a su vez fue nombrado líder de los Oñacinos quienes relevaron de este honor a Lope García de Salazar por haber buscado alianzas con nobles del bando contrario. En julio de 1470 Juan “El moro” sitió y encerró a su padre en el castillo de Muñatones. Es en este tiempo cuando Lope García de Salazar escribió su majestuosa obra Bienandanzas e fortunas.
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Escultura de Salazar en Portugalete |
Su obra más grandiosa en el final de la vida
Gran estudioso y cronista excepcional de los años en que vivió, Salazar es considerado primer historiador de Bizkaia por esta imponente obra de 25 tomos que es Bienandanzas e fortunas. En ella mezcla tradiciones, historia y leyendas desde la creación del mundo hasta la época en que transcurrió su vida, pasando por la narración del diluvio universal, las civilizaciones griega y romana, el rey Arturo de Inglaterra, el Cid Campeador, Enrique IV y describiendo las propias guerras banderizas.
Pero a pesar de pasar las horas escribiendo semejante obra, Lope García de Salazar no se resignó a vivir en cautiverio, así es que aunque ya tenía una edad avanzada, se cuenta que una noche se descolgó de la torre en la que estaba preso y huyó descalzo hasta la torre de Galdames, situada a unos 10 Km de “su cárcel”. Allí acudió su hijo Juan y negociaron su rendición a condición de ser trasladado a la Torre de Portugalete que también era de su propiedad.
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Actual Casa Torre de los Salazar en Portugalete |
Continuó Lope su encierro en Portugalete, acompañado de una de sus amantes, Mencía de Avellaneda, con quien había tenido varios hijos bastardos. Salazar tampoco estaba satisfecho con esta nueva situación, así que otra vez escapó de su encierro, en este caso huyó a la cercana iglesia de Santa María, sustituida por la actual basílica, donde se atrincheró por espacio de varios días pidiendo ayuda y volviendo a desheredar a su hijo. Finalmente, los hijos tornaron a aliarse para encerrar a Lope en su torre, donde se dice que en 1476 murió envenenado por ellos mismos mientras estaba comiendo en compañía de una hija pequeña, nacida de su unión con Mencía de Avellaneda. Parece ser que la niña había muerto horas antes por obra del veneno añadido en esa comida.
La muerte de Lope García de Salazar no trajo paz a su familia, las disputas por conseguir su fortuna continuaron, sobre todo entre sus numerosos nietos, de tal manera que su vasta herencia quedó dividida.