26 marzo 2024

Filomena Trocóniz, el legado de una maestra a Portugalete


Conocida cariñosamente por sus alumnos como “Doña Filo”, Filomena Trocóniz fue una maestra portugaluja que consagró su vida a la formación y educación de los más jóvenes,  dedicación que ha continuado aún después de su muerte, como da muestra de ello la Fundación benéfica que lleva su nombre y que todavía en nuestros días continúa desempeñando la actividad para la que fue creada.

 

Retrato en blanco y negro de una señora de principio del siglo XX, está de perfil
Filomena Trocóniz Santacoloma

Fuente // Fundación Trocóniz Santacoloma

 

Una vida dedicada a la enseñanza y a la ayuda de los más jóvenes

Filomena Trocóniz Santacoloma nació en Portugalete el 23 de enero de 1902. La familia tenía su hogar en el Ojillo, siendo su madre Gabina Santacoloma, que procedía de Trapagarán, y su padre el alavés Fernando Trocóniz, un trabajador de Altos Hornos que murió cuando ella era todavía una niña.

Filomena creció y se hizo maestra, se convirtió en una mujer culta, amante de la lectura y de la música, no en vano ella misma tocaba el piano que tenía instalado en su domicilio. Su carrera docente comenzó en 1922 en Sopuerta, en la zona minera de las Barrietas Altas. Continuó Doña Filo su trayectoria educativa en otras escuelas de la zona como Galdames, Sanfuentes y Urioste.

Llegó el año 1932 y Filomena pasó a ser maestra en el hospital de Gorliz, donde estuvo destinada durante 40 años, hasta su jubilación en 1972. Al mismo tiempo, era usual que en su propia casa ayudara a niños en los estudios sin recibir por ello compensación económica alguna.

 

Logotipo con letras rosas y azulez de la fundacion Troconiz Santacoloa

 

Logotipo de la fundación que lleva su nombre

 

La escuela del hospital de Gorliz, mucho más que un colegio para los niños enfermos

Trece años habían transcurrido desde que el rey Alfonso XIII hubo inaugurado el hospital de Górliz, cuando Filomena Trocóniz llegó hasta él para ejercer como maestra. El Sanatorio había abierto sus puertas en 1919 como hospital infantil, para tratar a la gran cantidad de niños y niñas que sufrían tuberculosis ósea, provocaba en gran parte por las condiciones miserables en las que vivían los pequeños.

El enclave del hospital había sido minuciosamente elegido, la proximidad al ferrocarril de Plencia, la cercanía del mar, la acumulación de yodo en el ambiente y las horas de sol con las que contaba la zona, hicieron de Górliz el lugar ideal para levantar ese edificio de hormigón armado, con enormes ventanales que permitían la entrada de la luz a raudales, y una fachada que más bien le hacía parecer un balneario francés. 

 

Fotografia de un hospital del principios del siglo XX al lado del mar
Filomena Trocóniz fue maestra en el hospital de Górliz

 

Las largas estancias que los niños se veían obligados a pasar en el sanatorio hasta que conseguían su recuperación, lo normal eran 12 meses, aunque algunos sobrepasaban los dos años, hizo necesario dotar al centro de personal para que se ocupara de su escolarización. Y en ese entorno es en el que “Doña Filo” ejerció durante más tiempo su profesión, siendo recordada por quienes la conocieron por su sencillez, preocupación por los alumnos e implicación en actos lúdicos que hacían más llevadero para los niños el tiempo en el hospital, siendo común encontrarla organizando recitales de poesía, teatro, canciones, fiestas y todo tipo de celebraciones.

Con el paso del tiempo y las mejoras sociales, comenzó a disminuir el número de niños enfermos de estos males, dejando de ser en los años de 1980 sanatorio exclusivamente infantil. En la actualidad, el de Górliz, es considerado como uno de los hospitales más antiguos del País Vasco, atendiendo principalmente a pacientes crónicos y a aquellos que necesitan una larga rehabilitación. 

 

La Fundación benéfica que lleva su nombre y el agradecimiento de un pueblo

Por lo que ha trascendido, Filomena Trocóniz debió de ser una mujer sabia en la tarea de administrar sus dineros, lo que había ahorrado con su trabajo lo invirtió en bolsa y cuando llegó el momento de su muerte, en febrero de 1986, había conseguido acumular un importante capital que legó a Portugalete para que fuera destinado a la educación y formación de los jóvenes de la Villa. 


 Fundación Trocóniz

Tele7Radio7

Así, acatando su voluntad, se constituyó la Fundación Trocóniz Santacoloma el 29 de septiembre de 1986, siendo la primera en su ámbito que se registró en el Gobierno Vasco. Está constituida como un patronato formado por el alcalde de Portugalete, el cura párroco de Santa María y el concejal de Educación de la Villa.

La Fundación publicó su primera convocatoria de becas en 1989, a la que se han sumado muchas más en su ya larga trayectoria. Con el paso del tiempo la institución ha ido añadiendo nuevas actividades, adaptándose a las necesidades y los nuevos requerimientos de los tiempos, y siempre sin olvidar que la destinataria de las ayudas es la juventud portugaluja.

De esta forma, el recuerdo de “Doña Filo” sigue estando presente en la Villa, con las acciones llevadas a cabo por su Fundación y con el homenaje que el ayuntamiento de Portugalete quiso rendirle tras su muerte, aprobando en pleno que el nombre que había de llevar la plaza del barrio de Azeta fuera el de Filomena Trocóniz Santacoloma.

 

 

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19 marzo 2024

Siervas de María, las Ministras de los Enfermos en Portugalete

 

125 años han pasado desde que las primeras hermanas de la congregación llegaron a Portugalete para prestar sus servicios de asistencia a los enfermos. Eran tiempos muy diferentes a los actuales, los cambios en la sanidad pública y la falta de vocaciones han hecho que su labor cambie en esta Villa que las sigue teniendo muy presentes como parte de su historia. 

 

Exterior de un convento urbano, con torre anexa y dos palmeras
La casa de Las Siervas de María en el Ojillo

La congregación en Portugalete y su casa en el Ojillo

Las Siervas de María comenzaron su andadura en la Villa en 1898 con el fin de ayudar a cuidar a los enfermos que eran asistidos en el antiguo hospital de la calle María Díaz de Haro. En 1907 solicitaron a la congregación que un grupo de sus hermanas se encargara de atender el Santo Hospital del Glorioso San Juan Bautista, constituido en esa fecha como una Fundación benéfica que estaría presidida por el alcalde de Portugalete y el párroco de Santa María.

En estos años las hermanas habían pasado por distintas residencias, hasta que en 1915 se abrió el actual convento, situado en el número 14 de la calle Gregorio Uzkiano. El edificio fue proyectado por el arquitecto bilbaíno José María de Basterra y Madariaga (1859-1932), famoso por realizar iglesias, conventos, seminarios y palacetes residenciales, entre los que destacan la torre de la basílica de Begoña, la iglesia de los PP. Trinitarios de Getxo, la residencia de los PP. Jesuitas de Bilbao o la iglesia del Corazón de María de Bilbao (actual Museo de Reproducciones Artísticas).

El convento es de estilo neorrománico, y ya en 1929 sufrió una primera remodelación, en la que el propio arquitecto sustituyó la primigenia espadaña por la actual torre campanario, situada en un lateral del edificio conventual, de planta cuadrada y cubierta piramidal, sobre la que se sitúa una artística cruz de forja.

 

Virgen de color blanco en el jardín de un convento
El pequeño jardín acoge al visitante

 

En cuanto a la fachada principal, hay que destacar que cuenta con una portada en piedra de arenisca roja y está dividida en tres tramos; en el inferior se encuentra la puerta de acceso con su arco de medio punto, el superior cuenta con un vano germinado (ventana dividida por una pequeña columna) rematado por arco de medio punto,  y el tramo hastial o superior cuenta con un frontón triangular que luce tres aspilleras trilobuladas, estando coronado el vértice con una cruz irlandesa en la que aparecen las iniciales “M” y “S”, correspondientes a Siervas de María.

Con la remodelación que se hizo en la zona donde está situado, y en ensanche de 1925, el convento ha quedado algo oculto y rodeado de edificios, lo que no ha impedido que conserve su encanto. El edificio ha sufrido más remodelaciones a lo largo de estos años, principalmente en lo tocante a limpiezas generales y lucidos de muros.

El convento, además de residencia y centro espiritual, actuó como dispensario sanitario durante décadas, de forma que son muchos los portugalujos que entre sus paredes han recibido inyecciones y vacunas. Además, era el centro neurálgico donde las hermanas recogían los avisos para ir a atender a enfermos en sus propias casas o en distintos hospitales, ya que esta era otra de las labores de las religiosas.

 

TELE7 accede al convento de las Siervas de María por sus 125 años en Portugalete

Fuente // Tele7Radio7

 

La epidemia de gripe de 1918 constituyó una fecha negra en la historia de estas mujeres, el hospital de San Juan Bautista reunía a un gran número de enfermos acogidos de este mal, siendo ellas las encargadas de ocuparse del pabellón de infecciosos, por lo que algunas hermanas también cayeron enfermas, falleciendo finalmente cuatro.

En 1973, con motivo del 75 aniversario de su llegada, el ayuntamiento de Portugalete hizo a estas mujeres “Hijas predilectas de la Villa” por su dedicación a todos los vecinos que necesitaran de sus servicios, si bien, la obra de las Siervas de María no se reducía a esta Villa, extendiendo sus servicios a quien pudiera necesitarlas en las localidades cercanas a ambas márgenes de la ría.

 

Escudo de orden religiosa, trazos sencillos en rojo, azul y amarillo
Escudo de la Congregación

 

A pesar de que por el convento han pasado casi 400 religiosas a lo largo de todos estos años, en la actualidad ya solo quedan 17, algunas de ellas muy mayores, lo que hace imposible que sigan dedicándose a su primigenia labor, incluida la asistencia en San Juan Bautista, institución que tuvieron que abandonar en el año 2020. Aun así, su casa sigue abierta a todo el que quiera escuchar misa en la capilla, siendo sus horarios, de lunes a viernes a las 8h de la maña, y sábados y domingos a las 10h, o a cualquiera que desee pasar a rezar a la imagen de la virgen que tienen en su jardín.

Su labor ha sido reconocida también en la fecha que cumplieron 125 años, el 22 de octubre de 2023, recibiendo la visita del obispo diocesano Joseba Segura, quien presidió una misa en la capilla de su casa, y del alcalde de la Villa Mikel Torres, encargado de transmitir a las hermanas el cariño de todos los portugalujos por tantos años de dedicación y buen vecindario.

 

Cartel de una película, se ve el perfil de una monja y otros retratos pequeños
Película sobre la fundadora de Las Siervas de María

Historia de la congregación

Las Siervas de María Ministras de los Enfermos son una congregación católica femenina, que tiene como fecha fundacional el 15 de agosto de 1851. La iniciativa surgió del sacerdote Miguel Martínez y Sanz, quien organizó una comunidad de mujeres con el fin de que se dedicaran a la asistencia de enfermos en sus domicilios del madrileño barrio de Chamberí.

Tras unos comienzos con altibajos, finalmente se erigió como guía de estas mujeres María Soledad Torres Acosta, quien es considerada como a fundadora de la congregación y que fue canonizada en 1970 por el Papa Pablo VI. Su obra se extendió por numerosos países de América Latina, EEUU, Filipinas y Europa. Dentro de España tienen casas en Madrid, San Sebastián, Valladolid, Ávila, A Coruña, Salamanca y como no podía ser menos, en el Ojillo de Portugalete.

12 marzo 2024

Manuel Calvo (1816-1904), el indiano que llevó Portugalete a Cuba

  

Benefactor, indiano, político, hacendado, comerciante, marinero, ferretero, empresario... Estos adjetivos, y alguno más, podrían ser atribuidos a Manuel Calvo, el portugalujo que muy joven cruzó el océano para hacer fortuna y lo consiguió, sin olvidar nunca a la Villa que lo vio nacer y que hoy en día sigue reuniendo parte de su legado.

 

Retrato de un hombre del siglo XIX en color sepia
Manuel Calvo Aguirre

 

De Portugalete a La Habana

Manuel Calvo Aguirre (1816-1904) nació en Portugalete, hijo de ondarresa y de marino gallego dedicado al trabajo de guardacostas en el Cantábrico, siguió los pasos de su padre desde muy joven, haciéndose a la mar a la edad de 12 años. Realizó estudios de náutica y una vez acabados, en 1834, se marchó a La Habana en busca de fortuna.

En Cuba encontró trabajo como dependiente de una ferretería, y con el dinero que pudo ahorrar compró una goleta que dedicó a transportar mercancías por la costa. Empezaban a verse sus dotes como empresario, ya que con los beneficios de estos portes pudo crear su propio negocio ferretero. otra empresa que fue fructífera y dio buenos dividendos, con los que Calvo pudo crear una compañía de transportes marítimos llamada Sindicato de Navegación del Sur.

La prosperidad de su economía siguió aumentando, en parte por la contribución que su acaudalada esposa, María Rosario Caballero, aportó al matrimonio. Con el tiempo llegó a ser vicepresidente del consejo de la Compañía Transatlántica en la delegación de Cuba, y junto con el marqués de Comillas contribuyó a la creación del Banco Hispano-Colonial que impulsaba el comercio y la industria en Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

 

Hotel de Portugalete, edificio de estilo colonial
El Puente Colgante Boutique Hotel reproduce la antigua casa del indiano   

 

No solo iban aumentando las propiedades del indiano portugalujo en Cuba, a este lado del Atlántico también crecía su patrimonio; adquirió inmuebles en Sevilla y en Portugalete, donde en 1870 compró la primera manzana del Muelle Nuevo con el fin de construir su residencia, que al mismo tempo sería hotel (precedente al actual), café y restaurante.

Llegó la primera guerra por la independencia de Cuba (1868-1878), y Manuel Calvo se posicionó, junto a otros vascos residentes en la isla, del lado del Partido Unión Constitucional, quienes tenían en su argumentario la idea de que Cuba siguiera perteneciendo a España.

En 1880 se abolió la esclavitud en la isla con lo que disminuyó la mano de obra. Las empresas de Manuel Calvo, entre las que se encontraba el ingenio Portugalete, se vieron afectadas, y para subsanar este problema ingresó en la Junta Protectora de la Inmigración en la delegación de Cuba, entidad que se dedicaba a llevar trabajadores a la isla procedentes de la península Ibérica y las Canarias.

Tras el desastre de 1898, en el que España perdió Cuba, Manuel regresó a su Villa natal. Por cuestiones de salud se trasladó a Barcelona, y después a Cádiz, donde murió en 1904. Sus restos fueron llevados al cementerio de Portugalete, donde reposan bajo un monumento funerario que su amigo el marqués de Comillas mandó construir en su memoria.

 

El Ingenio Portugalete, el recuerdo de la Villa en Cuba

Un ingenio azucarero es una hacienda que cuenta con un conjunto de instalaciones industriales dedicadas al procesamiento y transformación de la caña de azúcar con el fin de obtener ron, alcohol, azúcar y otros productos. Destacar que la caña de azúcar no es un cultivo autóctono de América, fue introducido por los europeos, teniendo allí una excelente adaptación.

 

Foto antigua, en blanco y negro, de una hacienda azucarera en Cuba
El ingenio Portugalete, después Central Portugalete, en San José de Lajas

 

El ingenio Portugalete se encontraba en la localidad de San José de Lajas, a unos 31 kilómetros de La Habana, y además de procesar la caña de azúcar también la cultivaba, llevando a cabo el ciclo completo de elaboración, incluida la exportación. Fue fundado en 1862 por Manuel Calvo, quien lo compró cuando era un cafetal, llegando a convertirlo en uno de los mayores ingenios de la isla y en un magnífico impulsor de la economía de la zona.

El Portugalete contaba con 120 kilómetros cuadrados de extensión, y en él trabajaban unos 200 esclavos procedentes de áfrica, que con la abolición de la esclavitud se vieron poco a poco sustituidos por trabajadores canarios, gallegos, vascos y asturianos, si bien muchos de los antiguos esclavos se quedaron en el ingenio, ya con la categoría de trabajadores.

En 1895, durante la tercera guerra de la independencia, la hacienda sufrió un terrible incendio y en 1904, ya fallecido Calvo, fue vendido por sus herederos a la familia del marqués de Comillas. Resulta curioso comentar que en 1905 las técnicas de cultivo y fertilización que se usaban en el ingenio fueron utilizadas por otros productores adquiriendo el nombre de “Fertilizante de fuerza doble para caña de azúcar Portugalete núm. 6”.

Desde 1930 hasta 1949 el ingenio pasó por un período oscuro de quiebras y cambio de dueños, hasta que fue comprado por el senador de la República José Manuel Alemán y Castro. A su muerte, su esposa lo vendió a una compañía de EEUU, y tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 fue nacionalizado bajo el nombre de Central Liberación. Con la entrada en el siglo XXI el antiguo ingenio Portugalete dejó de funcionar y finalmente fue demolido.

Foto de una calle antigua en Portugalete, actual
Calle Manuel Calvo en Portugalete

 

El legado de Manuel Calvo en la Villa

A pesar de haber pasado la mayor parte de la vida en Cuba y de haber hecho allí fortuna, Manuel Calvo nunca olvidó la localidad donde nació, realizando en Portugalete gran parte de su obra benéfica; un año antes de la muerte de su esposa, en 1886, el matrimonio financió la casi totalidad de la reconstrucción de la torre de Santa María, derruida durante la segunda Guerra Carlista. En 1901 Calvo contribuyó a la creación del Hospital-Asilo San Juan Bautista con la cesión de unos terrenos que eran de su propiedad, también aportó parte del capital del proyecto para el abastecimiento de aguas de Portugalete. 

Y como obra más llamativa, la donación de su casa-hotel a la Villa de Portugalete, de manera que los beneficios que se obtuvieran de su explotación fueran destinados a sufragar la “olla de los pobres”. Para ello se constituyó la fundación que lleva su nombre, creada en 1904 siguiendo los dictados de su testamento y que a día de hoy sigue prestando su labor social adecuada a las necesidades del presente.

Portugalete tampoco ha olvidado a aquel indiano benefactor que llevó el nombre de la Villa hasta Cuba, dedicando una calle a su memoria, en el Muelle Viejo, muy cerca de la que fuera su casa y donde actualmente se levanta el Puente Colgante Boutique Hotel (reproducción del original destruido tras un incendio).