Situado al final del Muelle de Hierro, muy próximo al Puente Colgante, el mareómetro es otro de esos símbolos que hacen tan especial al Portugalete del siglo XIX, dando fe de la prosperidad y carácter vanguardista que la Villa tuvo en otros tiempos. Hoy en día el mareómetro ha perdido su uso inicial (medir la altura del nivel del agua), y es muy probable que los visitantes que recorren la localidad lleguen a confundirlo con un reloj estropeado, o simplemente que no reparen en su presencia.
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El mareómetro está situado al final del Muelle de Hierro |
La necesidad de medir las mareas
Habrá que remontarse a mediados del siglo XIX, cuando la desembocadura de la Ría del Nervión era muy diferente a la conocemos en la actualidad. El tráfico marítimo había crecido considerablemente gracias a las empresas creadas a raíz de la revolución industrial, y sin embargo la navegación era peligrosa y arriesgada debido a la temida barra de Portugalete, un banco de arena bajo el agua que cambiaba de lugar dependiendo de las mareas y las tormentas, haciendo imposible la travesía con la marea baja y siendo causa de múltiples naufragios.
Este tremendo problema logró solucionarse gracias a la construcción del Muelle de Hierro por parte del ingeniero de caminos, canales y puertos Evaristo Churruca. Tan magnífica obra de ingeniería comenzó a construirse en 1881 y, tras la paralización del proyecto a causa de las Guerras Carlistas, el muelle fue inaugurado el 12 de septiembre de 1887. Así, la desembocadura de la ría contó desde ese momento con un dique que, a pesar de su aspecto ligero, consiguió poner fin a la barra de arena que tantos estragos había causado hasta entonces en la navegación hacia el importantísimo puerto de Bilbao.
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La esfera, con una sola aguja, indica el nivel del agua |
Pero la variabilidad del nivel de las aguas, debida al movimiento de las mareas, hizo que se pensara en colocar en el muelle un aparato para medir la profundidad de las aguas, similar a algunos que ya existían en Europa, concretamente en Cascáis (Portugal), Brest (Francia), Aberdeen (Escocia) y Huek Van Holland (Países Bajos). De esta manera, en Portugalete también se pudo empezar a indicar a los barcos si había calado suficiente para navegar.
Un instrumento único construido en París
Así, en 1833 la Junta de Obras del Puerto instaló el mareómetro en Portugalete junto a la antigua torre de señales, actualmente desaparecida. Se encargó la construcción del aparato a la prestigiosa empresa parisina Borrel-Wagner, dedicada a la fabricación de relojes públicos. Su funcionamiento consistía básicamente en un tubo que desde la base del mareómetro llegaba hasta la ría, en él había un flotador que subía y bajaba según la presión del agua, y que mediante un mecanismo de piñones y cadenas reflejaba la altura de la marea en la esfera de una sola aguja y 800 milímetros de diámetro. Cuando se creó el mareómetro la ría alcanzaba una altura máxima de cinco metros y medio, por lo que la numeración de la esfera varía solamente desde el uno hasta el seis.
No se tiene constancia de la existencia en España de otros mareómetros como el de Portugalete, si bien, es posible que se construyeran algunos más y que hayan desaparecido con el paso del tiempo. Pero a pesar del avance que supuso este tipo de inventos, fueron quedando obsoletos debido a que no eran capaces de registrar los datos que medían, de manera que los escasos mareómetros evolucionaron a unos instrumentos similares llamados mareógrafos.
PATRIMONIO CULTURAL PORTUGALETE: Muelle de Hierro y Mareómetro.
El ingenio que dominó la arena
Con el paso de los años, y con la creación de los mareógrafos, el mareómetro de Portugalete dejó de tener sentido y fue relegado al olvido, llegando a quedar en un estado deplorable del que le rescató la Autoridad Portuaria de Bilbao, con su restauración y posterior reinauguración el 2 de marzo de 2000. Este instrumento tan excepcional nunca llegó a pertenecer a la Red Española de mareógrafos (segunda en crearse en el mundo después de la de Suiza), que comenzó a registrar datos en 1874, y a la que hoy en día los tres mareógrafos de Santurce envían puntualmente sus registros.
El homenaje de Correos con un sello conmemorativo
Diecisiete años después de su reinauguración, en 2017, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre homenajeó al mareómetro de Portugalete con la emisión de una serie de sellos de Correos en las que aparece su imagen. La impresión vertical en offset tiene un fondo amarillo que hace referencia al color de la Villa jarrillera, en primer plano aparece un dibujo que plasma parte de la esfera del mareómetro y que refleja con todo rigor la estampa del verdadero aparato; su inscripción Marêmêtre y Borrel-Wagner Paris, sus números del uno a seis colocados alrededor de la esfera, y su única aguja, a la que faltan a penas tres puntitos para llegar hasta el cinco.
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Sello conmemorativo, año 2017 |
Y asomando tímidamente tras la figura principal, pueden intuirse también unas líneas rectas que bien podrían representar a la barquilla de Puente Colgante con los cables que la sujetan. Las medidas son 28,8 x 40,9 mm, en papel engomado, 20 son los efectos en pliego, tiene un valor postal de 0.50€, y la tirada fue de 260.000 sellos. Con este homenaje postal, el mareómetro habrá conseguido llevar el nombre de Portugalete a infinidad de lugares en el mundo.
Un artículo tan interesante
ResponderEliminarMuchas gracias.
EliminarInteresante información, con el orgullo de ser Portugaluj@s.
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que vivimos en un sitio interesante y a veces se nos olvida.
EliminarMe ha gustado mucho, la próxima vez que pase por allí me fijaré mucho más. Gracias por informarnos de una forma tan interesante como
ResponderEliminarGracias. A veces las cosas más interesantes las tenemos a un paso de casa.
EliminarMe parece muy interesante todo, no sabía que funcionaba así
ResponderEliminarSi, es un instrumento muy curioso y de grandísima importancia.
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