Una vez más la ría, como vertebradora de la industria vasca durante 150 años, vuelve a cobrar protagonismo en Portugalete, albergando en su orilla el edificio que custodia todo ese pasado en el que agua, hierro, acero y esfuerzo en el trabajo dieron lugar a una de las mayores transformaciones geográficas y sociales del entorno.
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Edificio del museo Rialia |
El arte de la industria en un museo único en Euskadi
Perteneciente a la Red de Museosde la Costa Vasca, inaugurado en 2006, y situado en un enclave privilegiado, junto a la ría y a tan solo 600 metros del Puente Colgante, Rialia es sobre todo un museo diferente en el que la industria se ha hecho arte, y el arte ha sabido representar lo que supuso la industria para este territorio. Con el paso del tiempo, este centro de divulgación se ha convertido en un referente más del turismo industrial de la zona.
El museo está dividido en cuatro plantas, dedicando las tres primeras a la colección permanente, y la cuarta, en el último piso, a las exposiciones temporales que pueden ofrecer distintas temáticas. La colección del museo atesora piezas de Altos Hornos de Vizcaya, Babcock & Wilcox, SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), Transbordador de Vizcaya S.L., del propio Ayuntamiento de Portugalete y de donaciones de distintos particulares.
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Rialia en una de las exposiciones temporales del museo |
Pero Rialia no se conforma solo con ser un centro histórico en el que recuperar y difundir el pasado industrial, también es un espacio artístico que exhibe una importante obra de autores como Agustín Ibarrola, Lucas Alcalde, Nicolás Martínez Ortiz de Zarate, o Luis Badosa, entre otros, quienes con su trabajo han querido plasmar aquellos años de duras condiciones laborales en los que el hierro siempre era protagonista.
El museo está en constante proceso de ampliación y renovación, como lo demuestra su última remodelación realizada de mayo a octubre de 2023, en la que las obras de mejora han conseguido hacer de Rialia un espacio totalmente accesible e inclusivo (el primero en el País Vasco), gracias a la implicación de la ONCE, a través de grupo Ilunion. Se han instalado también 50 dispositivos por los que a través de bluetooth y con una aplicación en los teléfonos móviles de los visitantes se puede escuchar una audioguía con explicaciones en castellano, euskera e inglés.
En esta última remodelación se ha creado también un espacio especial para investigadores, en el que tienen la posibilidad de consultar la extensa bibliografía que posee el museo. El público general puede acceder a Rialia con uno de los tres tipos de visita que existen; la individual, la grupal con guía, que suele durar unos 50 minutos, y la didáctica, dirigida a escolares y que no llega a superar los 45 minutos de duración.
El museo Rialia protagonistsa en FITUR 2024
Fuente//Ayuntamiento de Portugalete
El edificio que nunca llegó a ser casa del mar
En el año 1993 se puso en marcha el proyecto para crear una casa del mar en Portugalete, en el paseo de la Canilla. Este estaba dirigido por el arquitecto Patxi Celaya Bañales, quien creó un edificio de planta cuadrada con varios pisos dedicados al uso de los marinos, quedando reservado el nivel inferior, con acceso directo a la ría, para albergar el Club de Remo de Portugalete (que en la actualidad sigue ocupando estas dependencias).
Un año más tarde, en 1994, se terminó la edificación, y sin haber dotado a la construcción de ningún tipo de equipamiento se cerró. Eran los tiempos en los que ya se había producido el declive industrial y las reconversiones, en los que se proyectaba un nuevo Bilbao que cambiaría para siempre la ciudad y sus alrededores. Tendrían que pasar ocho años desde el cierre hasta que en 2002 surgió la idea de transformar el edificio de la casa del mar en un museo.
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Desde dentro da la impresión de que ele edificio se adentra en la ría |
Del nuevo proyecto se encargaron los arquitectos Ignacio González Esparza y Gabriel Barrueco Aguirre, en quienes recayó la tarea de convertir en museo un edificio que en origen no se había proyectado como tal. La labor no fue fácil, tuvieron que crearse nuevas estructuras, redimensionar las superficies, inventar amplios espacios colectivos, servicios adicionales y dotar a las salas de la altura necesaria y la luz suficiente para exhibir el contenido.
A mediados del año 2003 se terminó la fase de acondicionamiento de la construcción, pero como predestinado a no ser ocupado nunca volvió a cerrarse. 2005 resultó ser una fecha clave para Rialia ya que volvió la actividad de la mano de una unión temporal de empresas. Finalmente se dotó al edificio de contenido y el 31 de enero de 2006 Rialia consiguió abrir sus puertas como museo de la industria vasca.
A la inauguración acudieron la entonces ministra de Cultura Carmen Calvo y el alcalde de la Villa que en aquel momento era Mikel Cabieces. La exposición inaugural se llamó “Tres miradas sobre un paisaje”, en la que maquetas, cuadros, planos y distintos elementos industriales hacían revivir esos años en los que la siderurgia, la construcción naval, las minas de Triano, la inmigración y el comercio marítimo revolucionaron los 15 kilómetros de ría hasta llegar a Bilbao.